Como activar tu metabolismo sin que te des cuenta




Esta es la época en la que muchas personas empiezan a pensar en que es hora de hacer una dieta, visualizando ese momento en el que tienen que enfundarse el bikini. Sin embargo es mejor tomárselo poco a poco, modificando pequeñas cosas en nuestra rutina para llegar así a tener unos hábitos más saludables a largo plazo. Una buena forma de hacerlo es intentando activar el metabolismo, ya que además de quemar calorías de una forma más significativa, podemos llegar a educar a nuestro cuerpo y a nosotros mismos para no tener que pensar en dietas agresivas nunca más.


Es importante tener en cuenta que existe un componente genético que marca en cierta parte cómo quema tu cuerpo las calorías. La buena noticia es que independientemente de eso, podemos ayudarle a que lo haga de la forma más óptima posible, solo modificando algunos hábitos en nuestro estilo de vida.

Debemos partir de dos cosas fundamentales: una, que la cantidad de calorías que necesitamos al día depende de nuestra edad, talla, peso y actividad diaria, y que hay un mínimo que el cuerpo necesita para mantener sus funciones vitales (es decir, estando en reposo), llamado metabolismo basal. Se supone que al día una persona necesita en promedio unas 2400 a 2700 calorías al día, y aunque la idea no es estar contándolas cada vez que nos llevamos algo a la boca, sí que podemos tener en cuenta algunos 'trucos' para quemarlas más rápidamente:


Desayuna


Independientemente que hagas un ayuno intermitente, el cuerpo necesita 'gasolina' para empezar el día, y lo mejor no es darle un café y ya. Deja la noche anterior las cosas listas para que no pierdas tiempo pensando en qué comer, e incluye cereales integrales (ya sabéis que adoro la avena), pan integral, fruta en piezas y no en zumo, y lácteos (no necesariamente desnatados).


Aliméntate de forma equilibrada


Con el tiempo he aprendido que comer de forma equlibrada significa comer prácticamente de todo, pero dando prioridad a la comida 'real', como le llaman en muchos sitios: verduras, frutas, cereales integrales y proteínas, pero también incluyendo caprichos sin culpas porque si no se convierte en una dieta completamente inviable. Huye de los atracones y si te pasas en una comida, compensa en la siguiente.


Incluye en tu dieta alimentos termogénicos




Se les llama termogénicos a aquellos alimentos que aumentan el calor y el metabolismo basal de tu cuerpo, acudiendo a los depósitos de grasa para obtener las calorías que necesitan (por eso se dice que estos alimentos ayudan a adelgazar). Entre ellos encontramos la cayena, el chile, la pimienta negra, el curry, la cúrcuma, el jengibre, la canela, la mostaza, el té verde y el café.


Evita los alimentos ultraprocesados


El motivo más importante por el cual deberíamos evitarlos es, básicamente, la cantidad de azúcares ocultos que tienen dentro de su lista de ingredientes. Enmascarados con otros nombres, disparan la cantidad de calorías que ingerimos incluso en raciones pequeñas, así que con solo un poco podemos estar consumiendo la cantidad de azúcar recomendada para todo el día. La comida precocinada, las salsas, la bollería industrial y los fiambres son algunos ejemplos.


Bebe más agua


Aunque todos conocemos la teoría de los dos litros de agua, me atrevo a decir que no todos lo llevamos a cabo como deberíamos. Beber agua ayuda a digerir mejor los alimentos, aumenta la cantidad de energía que consumimos y además, parece que tan solo medio litro de agua al día puede aumentar en un 30% la tasa metabolica.


Muévete más




Otro de los pendientes que tenemos muchos es practicar un deporte de forma regular. Es verdad que caminando un poco más puedes ayudar al cuerpo, lo cierto es que el nivel óptimo debería incluir ejercicio aeróbico y de fuerza (traduciendo esto a caminar nos daría una media de 10.000 pasos al día, cifra que es bastante difícil alcanzar), así que busca un deporte que te motive, ponte las zapatillas y lánzate... el cambio lo notarás enseguida.


Huye del estrés


¿Habéis notado que cuanto más ansioso, triste, preocupado o estresado el cuerpo os pide comer menos sano o más cantidad? muchas teorías lo atribuyen a que el azúcar actúa como un 'reconfortante' rápido, así que es normal que en esos momentos al cuerpo le apetezca comerla (ya sea en forma de tarta o de patatas fritas).

Si en nuestra vida está presente el estrés, lo mejor que podemos hacer es atacar el problema de raíz: practica algún deporte (el yoga es fantástico para ese fin), descansa, desconecta del móvil, date unas buena dosis de campo y relativiza los problemas hasta que consigas verlos desde una óptica más tranquila. Ten siempre presente que para ponernos en forma, lo primero que debemos ejercitar es la mente.


Si os fijáis ninguno de los ítems supone en cambio exagerado en nuestro día a día (a menos que os inscribáis en el gimnasio, claro). Siempre os digo que planifiquéis los menús, que vayáis más al mercado y menos al súper y que evitéis el coche en la medida de lo posible. Os aseguro que poco a poco, sin presionarnos ni agobiarnos, estaremos encaminadas en la senda de los hábitos saludables.

¿Conocíais estos 'trucos'? ¿Soléis ponerlos en práctica?

¡Que tengáis un día estupendo y gracias por leerme!

¿TE HA GUSTADO ESTE POST? ¡COMPÁRTELO!

3 comentarios

Tu opinión es vital para la construcción de este blog, ¡gracias!