Protección solar de cabeza a los pies: mi ritual de este verano


 

Si hay un paso de belleza que nunca deberíamos saltarnos, ni siquiera cuando hace frío y llueve a cántaros, es el de la protección solar. No importa si el día está soleado o nublado: los rayos UV siguen ahí, y son los responsables de las manchas, el envejecimiento prematuro y, claro, las temidas quemaduras. Lo bueno es que cada vez hay más fórmulas y formatos pensados para que protegernos no sea un engorro, sino un gesto fácil de integrar en la rutina… incluso cuando ya llevamos horas fuera de casa.

 

 

Lo más importante es aplicarlo bien desde el inicio del día y reaplicar cada dos horas. Si eliges los productos adecuados, la constancia se convierte en algo súper sencillo. Por eso hoy quiero compartir los tres protectores que me han conquistado: dos para empezar la mañana y otro para los retoques de media jornada.

 

 

 



Por la mañana: piel cuidada y con buen tono

 

Empiezo con el Sensilis Photocorrection D-Pigment 50+ Color, una mousse ligera con color que aplico como último paso de mi skincare. Me gusta porque no es solo un protector solar: también trata y previene las manchas gracias a su acción despigmentante y antioxidante.  El color es muy versátil, no tiene una gran cobertura, y tiene una textura, suave y nada grasa que se funde con la piel y unifica el tono. Además, el packaging es práctico, justo como me gusta. Lo puedes encontrar en Atida (ahora mismo a súper buen precio).


Además del cuerpo en general, las zonas olvidadas (como las manos o los pies) también necesitan atención, y ahí entra en juego el Bioderma Photoderm Max SPF50+ en spray. Es invisible, no deja restos blancos ni pegajosos, y lo puedes aplicar en un segundo sin necesidad de extender demasiado. A mí me salva cuando estoy en la playa y quiero reaplicar sin complicaciones: un par de pulverizaciones y listo. 

 

 

A media mañana: retoque exprés con color

 

Para reaplicar durante el día, llevo en el bolso el Avène Solar Compacto Color SPF50 en tono dorado. Es un solar en crema compacto con filtros 100 % minerales, ideal si tienes la piel sensible. Lo aplico con la esponja a toquecitos, y en un minuto consigo dos cosas a la vez: renuevo la protección y retoco el maquillaje... me encanta porque matifica sin dejar la piel acartonada y cubre pequeñas imperfecciones. Al principio pensé que el tono sería demasiado oscuro, pero al difuminarlo se adapta genial y deja un acabado natural que parece "mi piel, pero mejor". Además, el estuche es cómodo, perfecto para llevar siempre en el neceser. 


Estos tres protectores han hecho que mi rutina solar sea mucho más fácil y constante. Tras probarlos a conciencia puedo asegurar que son  fórmulas efectivas, fáciles de usar y, además, con un packaging muy práctico. Con ellos, proteger la piel de la cabeza a los pies se convierte en un gesto de autocuidado que me acompaña durante todo el día.

 

¿Has probado alguno de ellos? ¿Cuál es vuestro solar facial de cabecera?

 

¡Que tengáis un día estupendo y gracias por leerme!

 

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