Colágeno: todo lo que debe tener un buen suplemento para que funcione de verdad


 

Cada vez son más las personas que incorporamos suplementos de colágeno a nuestra rutina diaria de belleza y bienestar. ¿Moda pasajera o ingrediente estrella respaldado por la ciencia? Todo apunta a lo segundo, especialmente si hablamos de colágeno marino hidrolizado. El colágeno, una proteína esencial presente en piel, huesos, articulaciones y tejidos conectivos, comienza a disminuir de forma natural a partir de los 25 años, con una pérdida estimada del 1% anual. A los 40, esta caída se hace más evidente en forma de arrugas, flacidez, dolor articular o uñas débiles.

 

 

Afortunadamente hoy contamos con suplementos que prometen restaurar parte de ese colágeno perdido, mejorar el aspecto de la piel y reforzar las articulaciones. Desde el punto de vista científico, sus beneficios están documentados. En un estudio clínico publicado en Skin Pharmacology and Physiology, mujeres que tomaron un suplemento durante 8 semanas experimentaron una mejora significativa en la elasticidad de la piel y la hidratación cutánea, en comparación con el grupo placebo. Eso sí, al igual que ocurre con el Omega 3, no todos los productos del mercado son iguales, así que es importante identificar qué debe tener un suplemento para poder hacer una buena elección.

 

 

 

1. Debe ser hidrolizado y de bajo peso molecular

 

La eficacia del colágeno depende en gran parte de su capacidad de absorción intestinal. Los estudios han demostrado que el colágeno hidrolizado (también llamado péptidos de colágeno) se absorbe mejor que el colágeno nativo, ya que ha sido fragmentado en moléculas más pequeñas. Un estudio publicado en Journal of Agricultural and Food Chemistry encontró que los péptidos de colágeno con un peso molecular de entre 2.000 y 5.000 Daltons pueden absorberse eficazmente y acumularse en la piel.

 

Bajo estas características, una gran opción es el Colágeno Marino Hidrolizado de Solari, que contiene péptidos de colágeno tipo I con un peso molecular de aproximadamente 2000 Daltons, lo que favorece su absorción intestinal. Utiliza como materia prima Naticol®, una fuente con estudios clínicos en donde se han observado beneficios en la hidratación, elasticidad y firmeza de la piel, además de mejoras articulares. Está enriquecido con vitamina C, que potencia la síntesis de colágeno y ofrece protección antioxidante.

 

Un dato muy importante es que procede de peces salvajes capturados de forma sostenible y certificado por Friend of the Sea, también destaca por su formulación sin aditivos innecesarios y su fabricación en Francia bajo estándares como ISO 9001. Su formato es en polvo instantáneo y de fácil digestión. 

 

 

2. Debe ser colágeno tipo I

 


El colágeno tipo I es el más abundante en el cuerpo humano, especialmente en la piel, los tendones, los huesos y los ligamentos. Por este motivo, los suplementos destinados a mejorar la salud cutánea y articular deberían contener prioritariamente este tipo de colágeno. Dentro de las diferentes fuentes disponibles, el colágeno marino ha ganado una posición destacada porque es rico en colágeno tipo I y presenta una estructura molecular muy similar a la del colágeno humano, lo que favorece su biodisponibilidad y tiende a absorberse de forma más eficiente en el intestino delgado.

 

Además, el colágeno marino contiene una concentración elevada de aminoácidos clave como glicina, prolina y hidroxiprolina, esenciales para la formación de nuevas fibras de colágeno. Su perfil nutricional, sumado a su alta tolerancia y baja probabilidad de reacciones adversas, lo convierte en una de las formas más eficaces y limpias de suplementación disponible actualmente. 

 

 

3. Debe estar enriquecido con vitamina C y cofactores esenciales

 

La vitamina C es fundamental para la síntesis de colágeno en el cuerpo. Sin ella, los aminoácidos no pueden formar adecuadamente las cadenas de colágeno. Además, su poder antioxidante ayuda a proteger el colágeno endógeno de la degradación por radicales libres.

 

 

4. Debe tener estudios clínicos que lo respalden

 

Aunque muchos suplementos prometen resultados, solo unos pocos tienen estudios clínicos sólidos detrás. Un suplemento verdaderamente efectivo debe haber sido evaluado en ensayos clínicos controlados, idealmente con población humana y durante periodos prolongados (mínimo 8-12 semanas), evaluando indicadores objetivos como elasticidad, densidad dérmica o marcadores inflamatorios articulares.


 

¡Que tengáis un día estupendo y gracias por leerme!

 

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