Eczema: causas y claves para tratar esta enfermedad de la piel



El eczema es una enfermedad inflamatoria de la piel que se ha ido extendiendo poco a poco. Aunque existen muchos tipos diferentes, el más frecuente es el eczema atópico que afecta a niños de corta edad y que puede surgir en cualquier momento de la vida adulta. Afortunadamente hoy en día se ha avanzado mucho el la investigación tanto de su origen como de su tratamiento, aunque hay algunas claves que deberíamos tener en cuenta en caso de padecerlo (si queŕeis saber más sobre esta condición, os recomiendo visitar la página de Ducray, donde encontraréis información adicional).

 


¿Por qué aparece el eczema?

 

Las causas del eczema no están del todo claras, aunque se sabe que tiene un componente genético que altera el sistema inmune de la piel, y al que afectan factores ambientales o alérgicas.

Esta es una enfermedad crónica caracterizada por el enrojecimiento, inflamación y la aparición temporal de placas, picores y posterior descamación. Quienes sufren de esta enfermedad generalmente tienen una piel muy sensible que sobrereacciona a cambios bruscos de clima, a ciertos alergenos (como el pólen, la lana o a telas sintéticas), e incluso al estrés. 



¿El eczema se puede curar?

 

Teniendo en cuenta que la enfermedad no es originada por una única causa, de momento no. Sí que existen tratamientos para intentar espaciar los brotes y para controlarlos, pero no para erradicarlos definitivamente.

El primer paso fundamental es acudir al médico para intentar encontrar el desencadenante de los brotes (especialmente si sospechamos que se trata de una dermatitis por contacto). En caso de que estos sean muy fuertes, probablemente deba prescribir corticoides y/o dermocorticoides, además de productos de higiene e hidratación especialmente formulados para pieles con esta patología.



¿Qué hacer ante un brote de eczema?

 

 


 

Por experiencia propia puedo decir que además de seguir al pie de la letra todas las indicaciones que prescriba el dermatólogo, hay algunas claves que podemos seguir en el día a día para mantener la piel en buen estado e intentar espaciar los brotes:

 

 

Nunca te rasques

Esta es la principal indicación que nos dará el médico, ya que rascar solo provocará que el brote se extienda y que las heridas se hagan más profundas. Existen productos muy efectivos para calmar los picores que ayudan a mejorar notablemente la calidad de vida de quienes padecen esta enfermedad.



Elige ducha en vez de baño

Además, es recomendable hacerlo siempre con agua templada: la temperatura adecuada para la ducha de una persona que tenga problemas de piel es alrededor de los 25 a 28 grados. Si utilizamos agua más caliente, causaremos que la piel se deshidrate y se seque.



Mantén la piel muy hidratada

Una piel sensible debe usar crema al menos un par de veces al día (más aún si estamos en invierno), y elegir una fórmula que sea emoliente y ofrezca confort a la piel.



Elige cosmética especialmente formulada para pieles sensibles intolerantes

Cuando tenemos eczema debemos prestar especial atención a los productos que usamos. Para la ducha se recomienda elegir aceites syndet, y para hidratar, cremas con ingredientes calmantes que estén libres de alcohol y prefumes, ya que estos agreden la capa hidrolipídica de la piel. De hecho existen algunas cremas sin corticoides que son muy efectivas para calmar los brotes y que quienes los sufrimos, deberíamos tener siempre a mano. 


No te expongas al sol sin protección solar

El sol puede ser un gran alidado para pieles con eczema, pero debemos tomarlo con precaución, siempre a primera hora de la mañana y utilizacno fórmulas especialmente creadas para las pieles con eczema.



Utiliza prendas de algodón o lino

Las telas hechas con fibras naturales son las mejores para pieles con eczema porque permiten la transpiración de la piel y son menos proclives a causar irritaciones. Evita al máximo telas como poliéster y viscosa.

 

 

Utiliza guantes siempre que vayas a entrar en contacto con detergentes

En caso de padecer brotes en las manos, es recomendable utilizar guantes de algodón y sobre estos, guantes de goma para proteger las manos de los efectos corrosivos de los detergentes.



Trata de mantener el estrés a raya

Poco se habla de los efectos nocivos de mantener niveles de estrés muy altos de forma continuada en el tiempo. Uno de ellos es la alteración que desencadena en la piel a nivel inmunológico, haciéndola más vulnerable a cualquier agresión externa y provocando procesos de inflamación que le afectan directamente. 

Practicar ejercicios de respiración, yoga, caminar o simplemente realizar alguna actividad que nos ayude a desconectar de las preocupaciones diarias puede incidir muy positivamente en el estado y la salud de nuestra piel.


¿Conocíais estos datos sobre el eczema? ¿Qué otra recomendación daríais a quienes padecen esta enfermedad?


¡Que tengáis un buen día y gracias por leerme!

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