Ya es tradición que el último post sea de agradecimiento. Gracias, de corazón, a todas las personas que dedicáis unos minutos de vuestro tiempo a pasar por aquí, a leer, a curiosear y a comentar lo que voy compartiendo. En la era de Instagram y de TikTok, debo confesar que la ilusión por seguir escribiendo este blog sigue intacta desde el primer día y sois vosotros y vosotras los verdaderos responsables de que este espacio siga vivo. Gracias, gracias y mil veces gracias.
Y antes de cerrar el año, no quiero dejar de desearos cosas buenas, muchas. Que la vida os sorprenda bonito, que los obstáculos, porque siempre aparecen, se resuelvan con más calma que drama, y que tengáis la cabeza fría y las herramientas necesarias para gestionarlos sin perderos por el camino.
Ojalá aprendamos a vivir con menos prisas, con menos culpas, menos presión y menos preocupaciones. Y, sobre todo, con más regalos para el alma: más tiempo, más presencia, más abrazos, más verdad.
Cuidaos mucho, cuidad de los vuestros y sed buena gente. Lo demás, casi siempre, acaba llegando solo.
Un beso enorme para todos y todas… ¡y a por el 2026!
Lola.

No hay comentarios
Tu opinión es vital para la construcción de este blog, ¡gracias!