Lo primero, debo aclarar que
escribí este post antes de quedar embarazada. Lo tenia en borradores (casi olvidado), pero por un mail que recibí de una lectora, recordé que estaba ahí, esperando a ver la luz. Como siempre hago con los post que escribo sobre nutrición, advierto que
no soy profesional en la materia y que todos nacen de mi propia experiencia.
Hace algunos de meses empecé a darle vueltas a hacer un pequeño experimento y después de comentar con una nutricionista el proceso que tiene que realizar el cuerpo para digerir
la harina de trigo refinada, me decidí a dejar de consumirlas (pan, pastas, etc) durante un mes. La verdad es que pensaba que no iba a haber mucha diferencia entre cómo me sentía en ese momento y después de ese tiempo, pero la verdad es que esto ha hecho que cambie por completo la forma de alimentarme.